Juan Linares
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Juan Linares Casanueva

Artista pintor

Nací el 28 de julio de 1964, en la casa Nº43 (hoy con el N.º 53), de la calle Llanete, de un pueblo blanco de la provincia de Sevilla; llamado Morón de la Frontera: donde nace la cal.

Recuerdo aún la primera pintura que vi en mi vida y la curiosidad que aquella pintura producía en mí, con su sentido de profundidad. Era muy pequeño y, cuando me acercaba a ella para tocarla y veía que en realidad era una superficie plana, lo encontraba incluso mágico. Sin embargo, fue ya en la escuela donde se empezó a forjar mi verdadero interés y entusiasmo por la pintura, aunque más bien comenzó a través del dibujo. Descubrí que además de gustarme, se me daba bien, y como consecuencia ganaba todos los premios escolares en los que participaba. Fue entonces, cuando un profesor me proporcionó un aula del colegio y materiales de pintura para que diese clases a todos los niños que lo desearan.

Formación

Pasado ya algunos años, continuaba pintando de forma autodidacta, cuando un buen día mi padre me contó que había conocido a Francisco Benítez; un pintor “profesional” (aquello me pareció algo muy grande), quien iba a abrir una escuela en su propia casa para dar clases de pintura. Mi padre le confesó mi pasión por la pintura y mis ganas de aprender. Llegó el día de su apertura y yo fui su primer alumno. En su escuela se aplicó una enseñanza muy semejante a la que él había recibido de sus grandes maestros en la Universidad de Bellas Artes de Sevilla.

Fueron varios años de fructífero aprendizaje para mí, donde me formé como pintor y donde aprendí la mayor parte de lo que ahora sé. No obstante, pronto comprendí que debía intentar de encontrar mi propio camino. Sabía que eso no iba a ser fácil, pero también sabía que continuando allí indefinidamente no me iba a ser posible.

Tras una prudente espera de preparación como artista, llegó el momento en el que consideré necesario viajar, para conocer nuevas experiencias y nuevos aprendizajes que me hicieran evolucionar. Hasta entonces, sólo había dado francés, pero pensé que si aprendía inglés tendría más posibilidades de moverme por este fascinante pero complicado mundo de la pintura, y me fui a Inglaterra. Tras dos meses y medio en Hastings, me marché a vivir a Londres, donde estuve viviendo hasta 1988.

Fueron dos años sumamente enriquecedores en todas sus facetas, y vividos con mucha intensidad de experiencias positivas que jamás podré olvidar.

Después de estos dos años volví a España, donde sabía que me resultaría más fácil pintar, y con la intención de hacer mi primera exposición individual de pinturas. Tan pronto la hice (en Sevilla), me volví a marchar, esta vez fue a Holanda, donde también pude exponer mis pinturas y desde allí acercarme a Alemania, donde establecí contacto con un marchante de arte alemán. Tanto desde antes de aquí, como en adelante, mi vida ha sido siempre una lucha continua por seguir ejercitando mi verdadera pasión, que es el arte. Lo he entendido siempre como una necesidad vital, forma parte de mí y es lo que verdaderamente le da sentido a mi vida.

Con mi maestro F. Benitez en su escuela de pintura – 1981Con mi maestro F. Benitez en su escuela de pintura – 1981

Pintando en Londres - 1987Pintando en Londres – 1987

Mi pintura

La mayoría de mis pinturas han sido al óleo; creo que, aunque es el más complejo, también es el más completo y que más posibilidades ofrece. Mi pintura es bastante variada y polifacética, no tanto por los estilos que utilizo, como si por su extensa temática. Desde que aprendí la técnica a espátula, he ido siempre alternando básica y simultáneamente dos estilos bastante diferenciados entre si, con los que, sin embargo, me siento identificado de igual modo. Ambos estilos han ido cambiando y evolucionando con el paso del tiempo, dependiendo de mis estados emocionales y modos de ver las cosas en determinados momentos y circunstancias de mi vida. Uno de ellos es el “figurativo realista” o incluso “hiperrealista”, donde el medio usado es el pincel y, el otro; es un estilo bastante más complejo de definir, basado en un concepto muy diferente y también adaptado al modo personal de utilizar la espátula. Es en este estilo; “Expresionismo” ó “Expresionismo mágico” (tampoco importa mucho su definición exacta), donde me resulta más fácil echar manos de mi parte creativa. Este estilo “Expresionista” me ofrece un abanico mucho más inagotable de posibilidades en cuanto a licencias creativas, que el estilo “figurativo” (siempre más limitado); por lo que a veces recurro a él como una necesidad terapéutica.

En mi pintura parto siempre desde la importancia del dibujo, teniendo muy en cuenta los principios básicos de composición, color, armonía, equilibrio, etc. Es una pintura limpia, sincera y con verdad, donde procuro huir siempre de lo fácil y, de lo resultadista y ejecutado a base de restregar el pincel. Además, es una pintura honesta, elaborada desde el conocimiento, la calma serena y la responsabilidad y, depositada pincelada a pincelada y tono a tono, para que nunca sea una pintura “pelona”, plana y sin matices. Procuro que, aunque a veces el tema o la técnica sean complejos y farragosos, el resultado produzca sensación de sencillez. Los títulos de las obras son importantes, pero pienso que resultan pretenciosos cuando éstos superan a la propia obra, por lo que procuro ser discreto. Creo que la obra debe tener peso por sí misma, por lo que tampoco soy muy dado a sumergirme en rebuscadas interpretaciones de mis pinturas que las puedan hacer más interesantes, puesto que, por lo general, en todas ellas el tema o asunto resulta tan evidente, que tan sólo con verlas y por el título, quedaría ya poco que explicar.

Eneas Samuel y su gallo.
Mi hijo Eneas Samuel y su gallo – Pintura al óleo de 61 x 50 cm

Eneas y su gallo

Esta página está hecha con el propósito de poder mostrar a modo de catálogo, una serie de pinturas que he ido haciendo a lo largo de mi vida, y darlas a conocer; así como también, alguna información sobre mí como su autor. He de decir que, por la cantidad tan grande de pinturas realizadas, y por otras razones, son muchísimas las pinturas que no aparecen aquí. He omitido las diferentes versiones que he hecho de una misma obra, así como las de temas muy similares, las que nunca fotografié, las que perdí su fotografía, las que sencillamente no he considerado oportuno, etc.

El arte implica necesariamente un compromiso constante de superación con el propio artista, sin escatimar en esfuerzos; es sólo entonces y, desde el respeto y la honestidad, cuando el arte es “verdad”. Y ya se sabe …”al final, las “obras” quedan y las personas se van.

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